Sin duda, la realeza nos despierta sentimientos. Crecemos escuchando cuentos de princesas y príncipes, todos encantados, que viven historias de amor con finales felices. La reciente boda del Príncipe Harry con la estadounidense Meghan Markle alimentó el sueño del amor encantado que un día guió, o todavía guía, nuestra búsqueda por el amor. Podemos no creer más en este tipo de amor y hasta negarlo, aún así, el amor encantado que nos nutre desde jóvenes sigue fuerte en nosotros.
Leia mais(Português) Antes um conto de fadas tinha que ter uma frágil menina, de preferência, pobre e sofrida; que encontrava um lindo e forte príncipe. O príncipe podia ser um guerreiro, quase sempre solitário e triste ou ogro e grosseiro, que via sua vida transformada e iluminada pela doce e adorável donzela.
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